lunes, 31 de mayo de 2021

Un proyecto primaveral

Esta primavera me propuse intentar conseguir fotografías de las crías de rebecos. Tengo un archivo considerable de fotos de esta especie, pero no de crías de menos de tres meses de edad con calidad.

Una vez entrado el verano con las crías nacidas ya más crecidas las hembras se relajan más, siendo menos difícil   acercarse relativamente a los grupos o rebaños. 

Así que he estado pateando desde abril tres zonas de las cuatro que llevo siguiendo hace ya casi 14 años. 

Observando las rutinas relativas de los diferentes grupos, me decidía a hacer aguardos medio oculto entre peñas o acercamientos indirectos. No quería presionar a estas madres con crías pequeñas y cuando me descubrían y se producían las huidas, lo dejaba marchando para que no se estresaran más.

Tampoco hubiera conseguido las fotos que deseaba presionandolos, y aunque ya  con un mes de edad las crías  siguen  con cierta soltura a sus progenitoras y son mucho más ágiles que yo, no quería ser otro elemento molesto para ellas. Y lo que deseaba  era  documentar algo más tempranamente el comienzo de las vidas de estos  bóvidos lo más naturalmente posible.

Una mañana la niebla se convirtió en mi aliado, facilitandome acercarme al amanecer a una hembra y su cría cerca de la cuerda entre dos valles.

Un pequeño grupo compuesto de tres hembras( en la foto solo aparecen dos de ellas) y sus respectivas crías se parapetan debajo de las verticales paredes.
Una hembra observa el fondo de un valle.
El numeroso rebaño se agrupa para cambiar de zona una vez avanza el día.
En la parte inferior justo encima del bosque un grupo de ciervos, entre ellos hembras con prominente barriga finalizando casi la gestación.
Debajo dos hembras con sus pequeños me observan al disiparse la niebla.
Un nutrido grupo de hembras con sus pequeños inician la huida valle abajo.
En la zona próxima a las cimas un bello pájaro (Monticola saxatilis), comparte territorio con los rebecos.
Esta ave está experimentando una grave disminución de sus poblaciones.

Una toma del macho de roquero rojo.
Otra hembra y su cría se recortan en el roquedo. Yo permanezco oculto entre unas peñas, pero el disparador de la cámara los alerta.




Y deciden tomar distancia.
Antes el pequeño chivo con menos de dos meses de dad, me regala un posado.
Por encima del roquedo aparece el macho dominante de la zona.
Otro  pequeño se encuentra con su madre en la parte superior de un valle y me da la opción de captarlo antes de seguir a su madre ladra abajo.
Estaban  ramoneando tranquilamente flores esta hembra y su cría.
Un bisbita alpino (Anthus spinoletta), se recorta en un paisaje de cimas nevadas, que da cumplida razón de su nombre cómun. 
Y otra ave se desgañita repitiendo su reclamo encima de unas rocas forradas de líquenes.
Otro macho dominante vigila el valle.


Un macho de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) vigila su zona de cría en el roquedo.



Y encima de estas líneas tres jóvenes de algo más de un año de edad dentro del hayedo. Los rebecos utilizan también el medio del bosque.


UNA VEZ LEÍDOS LOS TEXTOS RECOMIENDO CLIKCAR SOBRE LAS FOTOGRAFIAS 

PARA PODER VERLAS SOBRE FONDO NEGRO Y  MAYOR TAMAÑO


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