miércoles, 17 de septiembre de 2014

Berrea en Asturias

La  Berrea en Asturias dista enormemente de la que podemos observar en el sur de la Península, donde sus principales poblaciones se encuentran en un medio mucho más accesible formado por dehesas, encinares y monte bajo. Lo que facilita que se formen aveces grandes rebaños, y los machos dominantes defiendan un numeroso harén cada uno. En cambio el paisaje de la montaña asturiana es diametralmente opuesto, con una orografía complicada que limita a nuestros venados a poder acceder mucho más dificultosamente a un numero inferior de hembras en celo.
El ejercicio de poder fotografiar a estos gladiadores en un hábitat formado por bosques, roquedos cubiertos de brezales con espinos y que en ocasiones superan sobradamente la altura de un hombre resulta bastante complicado. Obligando a establecer un trabajo naturalístico previo de localización y  seguimiento de las interacciones de los ciervos  de una zona más o menos amplia, con miras a poder hacer los intentos de aproximación posteriores con un relativo rango de falibilidad. Otro factor a tener en cuenta es el  desarrollo  de las cacerías u otras  actividades, que pueden desplazar en momentos a los ardientes pretendientes y sus congéneres de las querencias establecidas y echar al traste todo el trabajo previo.
Luego viene el trabajo de indio (como me gusta llamarlo a mi), el cual se trata de subir y bajar monte arriba y abajo intentando colocarnos ocultos en alguna de las ubicaciones próximas a los lugares escogidos por los machos en celo, para reclamar a las hembras del entorno y cruzar los dedos.

Bueno no me enrollo más y os dejo con el resultado de varios intentos realizados estos últimos días amaneciendo y anocheciendo en estos magníficos paisajes en los que la luz no ayudo mucho  con una meteorología cambiante y algunas tormentas por las tardes ...

Una vista de una vertiente de la zona escogida para este trabajo, una tarde con niebla y momentos antes de descargar una tormenta...

  Cierva sorprendida al amanecer  mientras descendía una pendiente
 La niebla vela el aspecto del valle
 Entrado el día se abre...
 Ciervas semiocultas en el brezal con espinos
 El protagonista un venado de más de 18 puntas...
 Al percatarse de mi presencia desciende valle abajo...
 Un competidor de menor porte alertado por mi aparición va a ocultarse al robledal
 Un águila culebrera (Circaetus gallicus) sobrevuela el valle por encima de mi escondite
 Y en la cresta contigua al mismo permanecen posados estos buitres (Gyps fulvus)
El fondo del valle salpicado de sus congéneres que aprovechando las corrientes térmicas de la mañana ascienden en busca del sustento...
 Uno de ellos me paso por encima
 El venado dominante de la zona vuelve a aparecer a última hora de la tarde...
 Desplazándose ...
 Al fin logro acercarme para intentar captarlo berrando...
 Otea el entorno...
 Se orina en los brezos impregnándose  posteriormente para atraer con su genuino perfume a las hembras...
 Y berrea anunciando su presencia en el valle...
 Resuenan los berridos respondiéndole otros rivales de zonas próximas
 Espera expectante

 Desplazándose en busca de las ciervas en celo


 Aquí podemos verlo en una de sus "arenas" en este pequeño claro pisoteado y marcado con su orina y glándulas de las pezuñas


 Me despido ya casí sin luz de él mientras insiste cambiando la orientación de sus bramidos.
UNA VEZ LEÍDOS LOS TEXTOS RECOMIENDO CLIKCAR SOBRE LAS FOTOGRAFIAS 

PARA PODER VERLAS SOBRE FONDO NEGRO Y  MAYOR TAMAÑO


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